jueves, 8 de julio de 2010

Reencontrando a la mujer


Decidi finalmente lanzarme al agua. Y para darme fuercitas comencé con el viaje a Cajibio. Una vez más, como el año pasado, me fui a reencontrarme con mi mujer interior. Fue difícil la elección pues también quería hacer un curso con la fundación, y tenía ganas de hacer el curso de Vipassana para experimentar el silencio profundo de la mente. Pero pedí el cupo en el curso demasiado tarde y ya no había. Así que me toco esperar otros seis meses para experimentar el silencio. De todos modos, el tema del encuentro de mujeres esta vez fue determinante para tomar la decisión, pues había decidido que este año iba a decirle que si a todo lo que significara tierra para mí. Que mejor que comenzar con algunos talleres relacionados con agricultura urbana y permitiéndome el lujo de estar lejos de la civilización por unos cuantos días? Claro que hacer esto tenía su precio, pues no podía desprenderme de mis obligaciones laborales que últimamente no son tan claras. Decidi viajar con anticipación a Cali y ver si podía hacer algo por las ventas de la empresa, y a ver si por ahí derechito me ayudaba a ganar algo más de dinero.
En Cali me quede en casa de Felipe, el chico que conocí en el taller de lujo sustentable en Auroville, y que coincidencialmente está vinculado a Couchsurfing también. Era mi tercera experiencia surfeando sofá, y pues fue una buena experiencia. Felipe es un niño muy especial, y vale la pena quedarse en su casa varios días para descubrirlo mejor. Pasé todos los días caminando por la zona industrial de Cali buscando clientes para mis maquinas (y derritiéndome), y en las tardes- noches me encontraba con Felipe para hacer diferentes actividades, desde yoga, caminar por ahí, cocinar, y hasta bailar.


El dia que comenzaba el encuentro, me encontré con las demás mujeres que viajaban desde Cali para tomar el bus. Esta vez fue super especial porque invite a AnaMaria del circulo de mujeres de Bogota, y pues era importante para nuestro camino femenino asistir a este evento. Nos fuimos adelantando cuaderno todo el camino, y poco a poco fui descubriendo una Ana Maria que no había tenido muy clara en estos casi 15 años de amistad. Me sorprendió mucho encontrar que nos parecemos un montón. Y parece además que nuestra búsqueda va por caminos muy paralelos. Asi que los días del encuentro fueron una experiencia nueva pero muy bonita con ella. En todos estos anos de amistad nunca habiamos pasado mas que un par de horas juntas dentro de su casa o dentro de la mia, y la verdad que compartir estos 5 dias con ella fue muy divertido. Compartimos pensamientos bonitos, ideas, dudas y muchas risas de esas que hacen doler la pancita, y hasta volvimos a Bogota con acento caleno.


Nos acomodaron en una cabana con cama doble, a las dos solitas, asi que pudimos tener el cuarto tan desordenado como era posible (jeje). Lo unico es que el frio estuvo duro, y olvide alquilar cobijas la primera noche, y como mi sleeping bag es una mentira, no pude dormir bien. Pero la siguiente noche pude alquilar 3 cobijas y recupere el sueno perdido.


La energía del evento estuvo muy Tierra, no fue nada parecido al ano pasado, donde la energía estaba super revuelta y como muy agitada. El grupo estaba muy diverso, había mujeres de todas las edades, y esta vez había varias abuelitas. En las mananas el despertar energetico no tuvo tanta acogida como el ano pasado, que saliamos las 50 a las 6 de la manana al son del tamborcito despertador. Las opciones eran yoga- tai chi y variaciones sobre el mismo tema, o ayudar en la cocina a preparar el desayuno. Esta vez me senti mas inclinada por colaborar con los quehaceres mananeros de la cocina que por hacer ejercicio. Fue rico ayudar a picar las frutas, a hacer las arepas y ayudar a servir.


Las actividades estuvieron muy variadas, feria de trueque, danzas sagradas, cantos, circulos de palabra, permacultura, reciclaje, consumo responsable, asuntos femeninos, elaboracion de altares y cocina saludable. Lo que mas me lleno fue el taller de agricultura urbana, definitivamente valio la pena esperar para comenzar mi jardin, pues esto me aclaro muchas dudas que tenia, y me dejo ver que empezar era mas facil de lo que pensaba.


Por primera vez estuve en una tipi, y fue muy bonito. Estuvimos la segunda noche cantando como 3 horas, y despues en una charla sobre temas interesantes alusivos a cosas de las mujeres.
Conoci muchas mujeres hermosas, no se por que en estos lugares siempre se encuentra gente tan llena de amor. Bueno mejor dicho, si se por que.

Luego del encuentro tuve varios días para organizar un poco mis ideas, y de hecho con las cosas aprendidas en el taller de agricultura urbana decidí poner en marcha los proyectos de huerta casera que rondaban mi cabeza hace varios meses desde que estuve en India. Compre la caneca para compostar los residuos organicos, compre varias maticas nuevas para mi jardín, tierra, abono, y empece a coleccionar cascaras de huevo para empezar los semilleros con las semillas atlantes.


Al principio fue un poco difícil pues me toco cambiar todo el sistema de reciclaje que teníamos establecido en la casa. Ahora tocaba separar mas específicamente los residuos, y preciso tuve que salir el dia que vino la señora que nos ayuda en la casa. Le deje razón con mi madre, y no se si las indicaciones se dieron o se recibieron mal… el caso es que Margarita hizo todo al revés. Bueno, sin embargo segui en mi proyecto y reorganice luego todos los residuos como correspondía.
El dia señalado para jardinear, me puse manos a la obra y transpalnte todas las hierbas aromaticas, le puse abono a todas mis maticas y comencé mi semillero. Me dio unas cuantas hijitas de caléndula, pero en este momento no se cual es el destino de mis pequeñas plántulas pues me encuentro fuera de Bogota y deje a mis primeras hijas en manos de mi mama, quien no hace sino decirme que no le ve futuro a mi pequeña huerta.
Lo importante es que el proceso ha sido muy lindo y ya tengo mis primeras plantas de romero, ruda, albahaca, menta, yerbabuena, limonaria y artemisa, y parece que se ponen mas fuertes cada dia. Ademas ahora tenemos un maravilloso perfume a la entrada de la casa con la combinación de todos los olores de las plantas.
Espero próximamente seguir viendo mis caléndulas crecer y próximamente cilantro y perejil, lechugas, espinacas, tomates, habchuelas y hasta de pronto flores. Y quien quita, de pronto en estos días ya podre presentarles a las nuevas integrantes de mi fabrica de compost casero: las chicas californianas.