Ultimamente ando tan contenta y tranquila que no me lo creo. Desde el taller de fenomenología que tomé en Auroville, no puedo dejar de observar lo que siento y pienso, pero ahora es mejor aún, porque no solo lo observo, sino que tengo (la mayoría de las veces) la capacidad de reírme de todo. Ahora si me da risa pensar las bobadas que preocupan a mi mente loca. A veces también me da rabia que intento no pensar en algunas cosas y pues esas son las cosas que ocupan mi cabeza. Pero después caigo en cuenta nuevamente, me río y me libero (a veces).
La última semana fue super bonita. Estuve como siempre corriendo de un lado a otro, haciendo las vueltas de mi abuelita, de la casa y las cosas del trabajo que no me dejan sentarme a trabajar como es debido (o más bien en lo que quiero). Eso es mi cotidianidad, pero fuera de esto, es como si las cosas se estuvieran alineando de nuevo... siento que realmente el camino se abre y me muestra las posibilidades! Eso me tiene muy feliz.
Estuve en una sesión de Astrología con Amanda (el nombre perfecto para esta mujer), la mamá de una de mis mejores amigas. Esta vez la lectura de mi carta astral no fue algo predictivo, sino fue más bien una introducción para que yo misma aclarara todas las dudas que tuve cuando vi mi carta natal en casa de Uma en Auroville. No voy a entrar en detalles, pero puedo decir que confirmo (requeteconfirmo) que la astrología es una herramienta de autoconocimiento muy importante. Esta sesión fue reveladora, incluso más que la sesión que tuve con Uma. Creo que tal vez es el enfoque, y saber que puedo entender que significan todos los planetas en sus respectivas ubicaciones.
Cada vez que veo mi carta natal es como si me aplicara gotas para aclarar los ojos. Inmediatamente empiezo a ver como se abre un abanico de posibilidades a mi alrededor. Es como si se creara la energía que me trae a la vida todo lo que necesito.
Gracias a Antonio, que me llamó para que me ganara boletas en la radio nacional, pude ir al concierto de la filarmónica con Aterciopelados, los gaiteros de San Jacinto, Totó la momposina, Cabas, entre otros, en el Jorge Eliecer Gaitan. Estuvo increible el concierto, la musica en vivo tiene un don especial, definitivamente valió la pena hacer el oso hablando al aire.
Luego de semejante noche, tuve un fin de semana bellisimo. Con la fundación tengo la oportunidad de prestar servicio social voluntario, y esta fue mi primera incursión en esta maravilla. Fui a apoyar en un curso de respiración dirigido a poblaciones de escasos recursos, en Ciudad Bolivar, y lo mejor es que me dejaron estar en el grupo de los ninos. Fue increíble compartir esos tres días con ellos, me llenaron el alma de mucha felicidad y amor. El primer día estaba un poco nerviosa, porque sentí que no estábamos muy sintonizados, pero en la segunda sesión me di cuenta que era solo la timidez inicial, y que estuvieron muy contentos con el curso y con las cosas que aprendieron. Lo mas bonito era escuchar las cosas que decían luego de practicar los pranayamas y las meditaciones. Cosas como "sentí felicidad en todo el cuerpo" y "pude ver como estaba por dentro", me provocaba comérmelos a besos, estriparlos con un abrazo... Ojala fuera así de fácil para nosotros los adultos entregarnos y sentir sin prejuicios. Salí de Ciudad Bolívar con el corazón contento y hasta cantando de felicidad, que bonito sentimiento de satisfacción, es casi adictivo, quiero volver muy pronto a ver a los ninos.
Ademas estuve en una fiesta con los chicos de la fundación, obviamente no-alcohólica,
hubo muy buena música y como siempre la buena vibra de todo el mundo es increíble. Me encanta estar con ellos.
El lunes llegó mi segunda couchsurfer, Eli, de Gales, llegó con un día de anticipación, por lo cual la casa estaba un poco revuelta, pero las cosas salieron bien. Eli resultó ser una nina muy dulce, y tenemos muchas cosas en común, como por ejemplo el gusto por las manualidades, y también nos gustan las mismas tradiciones.
Teje muy bonito, y la primera noche me dejó ver sus trabajos de macrame, hablamos un rato y quedamos de ir el martes a pasear por mi lugar favorito: la candelaria.
Fue super divertido, el martes por la tarde nos fuimos para el centro, y nos bajamos en otro de mis lugares favoritos: San Victorino. Le mostré los sitios en donde compro los materiales para mis artesanías, y le pareció el paraíso. Estuvimos un buen rato comprando semillas e hilos, y luego fuimos al pasaje Rivas a buscar unas plumas. De allí hicimos el habitual circuito turístico de la candelaria y el centro, a manera de introducción, desde la plaza de Bolívar, subiendo por la calle 11 hasta La Salle, de ahí al Chorro de Quevedo, luego por entre las callecitas hasta el eje ambiental, la calle 19, la carrera séptima, parada técnica en el cometa (energía traducida en milhojas), parque de la independencia, y luego de vuelta al inicio, para tomarnos un delicioso chocolate caliente con queso y almojábana en La Puerta Falsa.
Parece que el recorrido fue un éxito, porque Eli se fue hoy para el centro desde las 9 de la manana hasta las 5 de la tarde. Luego nos encontramos en el taller, y nos fuimos en bici al ciclopaseo. Hoy estuvo mas corto porque antes de arrancar llovió un rato y nos tocó esperar casi hasta las ocho para comenzar.
Definitivamente una semana muy movida, pero llena de buena energía, mejores propósitos, y muchas buenas intenciones. Espero que la energía universal siga haciendo de las suyas y conspirando para hacernos sentir felicidad en todo el cuerpo.
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