Ya
llevamos casi 20 días en la India.
Luego
de los dos días que pasamos en casa de Nati en Delhi, tomamos un
tren que nos llevó, en 36 horas de compartir con otros dos indios, a
Bangalore. La experiencia en el tren fue bastante divertida, de
compañeros teníamos a un chico de Delhi que tenía una apariencia
muy chistosa, pero a la vez era muy tierno, se la pasó todo el
camino muerto de la risa viendo quien sabe que cosa en su computador,
y a ratos se ponía el radio del celular, y cantaba lo que escuchaba
pero más bien parecía que se quejaba o se desperezaba antes de
pararse de la cama (Que desafine!). En la otra litera, nos tocó un
señor musulmán que se parecía a Jack Nicholson en el Resplandor,
versión india con eructos y todo. Por momentos me daba un poco de
miedo que le diera la locura. Y por las noches el concierto de
ronquidos no me dejaba conciliar el sueño con facilidad, porque
sobre todo este Jack indio dormía como en los dibujos animados: cada
vez que inhalaba roncaba y se traía las cortinas, las sábanas y
todo lo que estuviera cerca.
Tuvimos
unos angelitos en el tren, el chico que nos consiguió los tiquetes
de tren en Delhi, y varios de sus estudiantes. Por la mañana cuando
llegamos a Bangalore, nos llevaron a tomar el taxi y nos acompañaron
hasta el ashram. Los indios son muy bonitos, son todos dulces y muy
hospitalarios.
Al
llegar nos registramos y nos fuimos con Shreya a instalarnos en la
casa que nos consiguió. Resultó ser excesivamente básico, pero
creo que el problema no era lo básico sino el estado del lugar.
Estaba un poco polvoriento y el baño daba un poco de asco. Estaban
todos los grifos oxidados. Y todas las superficies llenas de
cal. Estamos compartiendo casa con otras tres (ahora cuatro) chinas
de la China.
Los
días en el Ashram parecen semanas enteras. Todas las prácticas
comienzan a las 6 de la mañana (significa salir de nuestra casa a
las 5.15, levantarnos 4.30), y como estamos todo el día meditando y
haciendo cosas hasta las 9 o 10 de la noche, parece que pasan semanas y semanas. Se pierde la noción de fecha, hora y día.
Entonces la verdad ya no recuerdo como fue el orden de algunos de los
eventos, pero básicamente tuvimos un retiro de silencio de 4 días, que
fue bastante diferente a los cursos avanzados en los que he estado.
Se supone que el curso es en silencio, pero más o menos 2000
internacionales, casi la mitad occidentales, haciendo este curso en
un entorno totalmente indio, con elefantes y todo lo que significa
estar aquí, y metidos en este Ashram que parece un centro comercial,
con miles de distracciones, no pueden estar en un silencio real. Todo
el mundo se hacía señas con los demás, y los que no se hacían
señas se iban a los almacenes a comprar libros, meditaciones, cremas
ayurvédicas, y a hacer todas las cosas que seguramente no podrían
hacer después por causa de las actividades de celebración de
Navaratri. De todas maneras, el curso si fue muy especial, teníamos
dos instructores, la Doctora Nisha y Swami Jyotirmaya. La doctora
super linda, y Swamiji, increíble. Super divertido, y con mucha
habilidad para explicar el conocimiento a prueba de tontos. Las
experiencias de las personas siempre son muy lindas. Se llega a
niveles muy profundos de meditación en este curso y la gente logra
experimentar mucha liberación, calma y alegría.
Mientras
sucedía el curso, y durante todos los diez días, se llevaron a cabo
todos los días las ceremonias de agradecimiento de estas
festividades de origen hinduísta. Todos los días desde temprano,
los estudiantes de la escuela védica se sentaban por horas (literal: como siete horas diarias) a cantar
las diferentes pujas y a hacer todos los rituales con el fuego, el
agua, las frutas y todos los elementos que le ofrecen a la divinidad,
como agradecimiento y en celebración, pidiendo paz, abundancia,
alegría y felicidad para todos.
Obviamente,
nosotros también nos sentamos por horas y horas a escuchar los
cantos, y ver los rituales, y meditar con los sonidos. Al final,
entendí todo lo que nos dijeron al principio, cuando dejas de
tenerle miedo a lo desconocido, le abres la puerta.
Es como expandir todas tus capacidades. Claramente, ninguno de
nosotros occidentales, ni la mayoría de los Indios, comprendía el
significado literal de todos estos cantos y ceremonias, pero
simplemente estar allí sentados todo ese tiempo es lo que en se
llama tapas en sánscrito, que si mal no entiendo son todas
esas prácticas que haces, que te permiten ampliar tu capacidad de
recibir, en todo sentido.
Es
como cuando de pequeños nuestros papás nos hacían probar cosas
nuevas de comer, y como en mi caso, que era bien rancia y no quería
probar nada que tuviera un aspecto diferente, entonces duré muchos
años, casi hasta mis 20, teniéndole aversión a la comida hasta que
me dí cuenta de todos los placeres y beneficios que tenía aprender
a comer de todo, y de todo lo que me perdí!.
Igual
sucede en la búsqueda espiritual. Es como por ejemplo en yoga, tener
una disciplina. A veces la disciplina cuesta, da perecita levantarse
una hora antes para dedicarle a tu rutina de yoga y meditación. Pero
tener la disciplina es super valioso, con el paso del tiempo se ven
los resultados, es decir, te das cuenta que vale la pena y que al
final lo que estás haciendo es ampliar tus capacidades. Tus
capacidades a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Te das
cuenta que el estado de ánimo cambia, que puedes ser más ecuánime
y que con el paso del tiempo, ya ni siquiera las rodillas te molestan
por estar sentado tanto tiempo en la misma posición, y se aumenta la
capacidad de ver la vida desde lo positivo y la abundancia en vez de
estar todo el tiempo sumergidos en la queja.
Eso
es mi tapas, y lo que gané que después de todos estos días:
cultivar la paciencia, la apertura de mente, y la confianza. Y hoy,
faltando un día para terminar Navaratri, me siento contenta. Hubo
días esta semana en que sentí, igual que la vez pasada, que quería
ir corriendo a esconderme debajo de las faldas de mi madre, pero es
normal, otra vez terminando todo el movimiento interior de estos días
de silencio, brilla la luz de nuevo, más fuerte que antes.
Obviamente muchos de los que estábamos allí nos sufrimos algunas de
las sentadas de tres o cuatro horas, pero al final cuando se mira
hacia atrás, es un alivio ver de lo que uno es capaz, nada en esta vida es tan grave como para tomársela en serio.
Durante
estos días, estuvimos con un pequeño grupo de hispanoparlantes, o
del spanish spoken power, como dice Juanda. Varias chicas de
Córdoba Argentina, un par de españoles y otra Colombiana. Hemos
pasado momentos lindos, cuando nos hemos encontrado, porque
desafortunadamente perdí mi celular el primer día que estuve aquí
en el Ashram, y muchas veces nos pasamos el día sin encontrarnos
aquí entre tanta gente.
Además
de estar con ellos, estuvimos un día con Shreya, mi maestra de los
cursos para niños, preparando arepas, traje como 3 kilos de harina
para satisfacer sus nostalgias del Curso de Instructores en Colombia.
He
conocido indios e indias muy lindos, todos super amables y con muchas
ganas de que uno la pase bien aquí en su país.Y tambien gente linda de otros países.
Estos
dos últimos días he estado sola aquí en el Ashram, pues Juan David
decidió tomarse un respiro, y se fue a internarse en la selva hacia
el sur de Karnataka, la verdad que aun no comprendo en que parte del
mapa está, pero se que se está divirtiendo y hasta tengo un poco de
envidia de su impulso aventurero.
Estos
días sola han sido extraños... la vez pasada me vine sola y me
sentí muy guerrera, y ahora como no vine sola, me sentí más bien
gallinita y me dió un poco de susto quedarme sola. Hasta me costó un
par de lágrimas y berrinche. Ya me conocen de mi primer viaje, la
Laura llorona que siempre me persigue, reloaded. Pero bueno, gracias
al cielo, algunos indios dentro de su inocencia y su cultura, saben
hacerme salir el fuego, y no fue sino buscar un rickshaw que me
llevara la primera noche a mi casa, para armarme de valor. Como ahora
me ven solita, y piensan que soy una princesita, no me rebajan ni
media rupia los ijuemaiders. Y obviamente me cobran como el triple de
lo que vale el viaje hasta mi casa. Entonces fui la primera noche, y
empece a pedir que me llevaran, y no se bajaban de las 120 rupias.
Por ahí alguno dijo que 100. Eso es mas o menos dos dólares, para
un viaje que dura 3 minutos, con riesgo alto de matar todos los
gusanitos que una tiene en la panza, porque manejan como locos.
Cuando
les
hago mi oferta de 50 humildes rupias, me miran con desprecio y me
dicen “walk”. A lo que solo mi ira responde con un “ok. I
WALK”. y efectivamente I walk. Pero para tranquilidad de todos, ayer
Kumar, un indio super lindo que es nuestro amigo desde el primer dia que
llegamos se charlo a los conductores para que no me den tan duro con
los precios, y así ninguno sufre porque todos se quedaron preocupados de que me fuera caminando sola.
Mañana
me paso a vivir al ashram por casi cuatro días más. Voy a hacer un
curso, y después me encuentro de nuevo con Juan David para ir a
Auroville. A vivir unos cuantos días de hippismo extremo. Allí nos
encontraremos con Nati e Indi, con Carito Perez, y viajaremos con
Susana que casualmente iba en la misma dirección y en la misma
fecha.
Entonces
por ahora los dejo con esta
frase muy linda que leí ayer:
“Joy
is love for what is, Sorrow is love for what it is not”.
Estoy feliz de escribir de nuevo!
Feliz
semana para todos!
(perdon por el tamano y el tipo de fuente, no se si es el computador... o India, o blogger o yo... no lo pude seguir haciendo igual)
Laurita, eres lo máximo! Que siga el viaje, que siga Laurita!
ResponderEliminarUn abrazo
Super, me encanta esta aventura... leerte es mi hobbie favorito porque en cierta medida eres tan lidamente descriptiva que uno siento lo que sientes o al menos lo aproxima... bueno y la fuente es por la plantilla de blogger, asi que fresh nada que un par de "crtl y +" no arreglen.
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